La Torre de Londres: Residencia real y cárcel de ilustres prisioneros

 

Cuando hablamos de la Torre de Londres, nos viene a la memoria la imagen de una prisión donde terminaban sus días prisioneros políticos, herejes o simples personajes molestos para la Corona.

Si bien esto es cierto, la famosa Torre no fue solo cárcel sino también la residencia del rey y su corte. Tal es el caso de Ana Bolena una de sus más ilustres huéspedes, fue en este lugar donde un enamorado Enrique VIII la recibió con toda la pompa, quien se iba a imaginar que tres años después la pobre Ana perdería la cabeza en donde un día fue su casa.

Tampoco es una sola: se trata de una construcción central (la Torre Blanca) rodeada por jardines y varias torres más pequeñas unidas entre sí.

¿Cuándo se construyó?

Su construcción fue una de las primeras órdenes que dio Guillermo El Conquistador, cuando fue coronado, allá por el año 1066, y fue Eduardo I, doscientos años después, quien mandó a edificar a su alrededor el cordón de fortalezas y torres.

Presos Ilustres

Ana Bolena (quien fue encerrada en la Torre de la Reina) no fue la única esposa de Enrique VIII que murió decapitada ya que Catalina Howard, su quinta esposa, también sufrió el mismo destino con igual sentencia: adulterio.
La Torre Sangrienta también fue escenario de uno de los más terribles crímenes de la corona inglesa: el de los dos pequeños príncipes Eduardo V (heredero del trono) y su hermano Ricardo allá por el año 1483, que se supone fueron asesinados por orden de su tío, Ricardo III.
Aunque siempre fueron usadas como prisión y cámara de torturas, fue en la época de los Tudor y Estuardo cuando las Torres tuvieron su mayor actividad.
Por ejemplo, sir Tomas Moro, fue el primero de una seguidilla de fieles católicos que dejaron su vida allí, luego de negarse a abjurar del Papa, cuando Enrique VIII rompió con Roma.
Más tarde les tocaría el turno a los protestantes, con la llegada al trono de María Tudor, apodada Bloody Mary (injusticias de la historia, ya que su padre Enrique VIII mandó degollar a varios de sus  enemigos y no lleva ningún apodo). Durante su reinado también debió pasar una breve estadía en la Torre su hermana y sucesora Isabel.
Las condiciones de vida en las prisiones no fueron siempre las mismas para todos, sir Henry Wyatt, quien estuvo preso por orden de Ricardo III estuvo a punto de morir de hambre, si no fuera por un gato que se hizo amigo y todas las tardes, según la leyenda, le llevaba una paloma.
El aventurero sir Walter Raleihg, favorito de Isabel I, pasó diez años encerrado en la Torre, pero él tenía una habitación con muebles, donde pudo escribir su "Historia del Mundo". Pero esto no lo salvó de ser decapitado por orden del rey Jacobo I quien se lo quería sacar de encima.



La ceremonia de la decapitación, todo un "espectáculo"

Cuando un reo era candidato a la decapitación salía de la Torre camino al Westminster Hall, donde se dictaba la sentencia, acompañado por el verdugo quien llevaba su hacha al hombro. Durante el camino de regreso, la gente se enteraba si habría "espectáculo" o no, según donde apuntaba el hacha del verdugo, si el filo señalaba al prisionero había ejecución y la gente prefería ver un hachazo verdadero, antes que cualquier obra de teatro, las cuales eran suspendidas si coincidían con alguna de estas sentencias.
El reo era sacado de la Torre con mucha ceremonia y llevado al patíbulo, que se alzaba a gran altura para que el pueblo pudiera ver bien la ejecución.
Un proverbio que decía "Hay un solo camino de salida de la Torre, y es el que lleva al patíbulo", y tuvo vigencia hasta 1760. El último prisionero ejecutado allí fue un conde, reo de un delito común. Sin embargo, la Torre siguió recibiendo algunos prisioneros, incluso en el siglo pasado, cuando el dirigente nazi Rudolf Hess fue prisionero allí por unos días.



Las Joyas de la Corona

Si bien en el siglo XVII la Torre dejó de ser la residencia real, allí se guardan todavía las Joyas de la Corona.
Actualmente viven allí los alabarderos o guardias del rey (Yeomen Warders), los postulantes para este cuerpo de elite, deben ser oficiales con veinte años de antigüedad que posean la medalla por servicios prestados y buena conducta. Entre otras tareas, son los encargados de cuidar las Joyas de la Corona, ya que la casa de las joyas no solo guarda la Corona Imperial del Estado, sino toda clase de reliquias que fue acumulando la monarquía británica durante siglos. La Torre Blanca alberga, a su vez, la colección de la Armería Real.

Recomendaciones 

¿Quieres más información sobre éste artículo?:  Pincha aquí

¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!





María Tudor y Felipe II: Amor no correspondido

 El 6 de julio de 1553 moría en Inglaterra el rey Eduardo VI, luego de los confusos días que llevaron al trono a la joven Jane Grey (quien terminó con la cabeza separada de su cuerpo), es proclamada reina María Tudor, cosa que se vio con buenos ojos en el mundo católico, llámese Papa, católicos ingleses y el propio emperador Carlos V que veía la oportunidad de unir los reinos de Inglaterra, Flandes y España con el matrimonio de su hijo Felipe  con la flamante reina María.



Dicha boda significaba mucho para los Habsburgo ya que conseguirían un aliado contra Francia.

Tratativas para la boda

Como era costumbre por aquellas épocas se enviaron retratos para que los novios se fueran conociendo.
Se sabe que la reina Tudor quedó enamorada a primera vista al ver el retrato que pintara Tiziano donde aparecía un joven y elegante Felipe quien tenía once años menos que ella.
En cambio la reacción del príncipe no fue la misma, ya que no sentía mucho entusiasmo de unirse con aquella mujer diminuta, pelirroja, de voz áspera y piel arrugada, sin cejas ni pestañas y que a sus 38 años había perdido casi todos sus dientes debido a su afición a los dulces.
En Inglaterra no se veía con buenos ojos esta boda. Tanto el Consejo Real como la Cámara de los Comunes pidieron a la reina que reconsiderase la idea, ya que se temía que Inglaterra se viera arrastrada a las guerras de Carlos V. María no los escuchó.
En enero de 1554, ambos prometidos firmaron el contrato de esponsales, lo que intentó mitigar dichos temores: Felipe se comprometía a no violar ninguno de los derechos y libertades de sus nuevos súbditos y a no involucrar a Inglaterra en ninguna guerra.
En abril de 1554, el Parlamento aprobó la boda y el 13 de julio Felipe partía desde La Coruña hacia Inglaterra.



El viaje de Felipe y su encuentro con María

El viaje no fue muy apacible para el príncipe, que para completarla legó a Southamton en un típico día inglés de viento y lluvia. La comitiva que lo acompañaba no pasaba desapercibida, ya que junto a él, desembarcaron 3000 personas además de 6000 soldados que se iban a incorporar al frente contra Francia.
El encuentro de los prometidos se realizó en Winchester, Felipe, sin sorprenderse de la falta de belleza de la reina, al acercarse la besó en los labios conforme la tradición inglesa, cosa que dejó satisfechos a los ingleses pero desconcertó a la comitiva castellana, acto seguido mantuvieron una conversación en una mezcla de francés y español.

El día de la boda

El 25 de julio, luego de que le llegara a Felipe,  la investidura formal de rey de Nápoles y duque de Milán, protocolo necesario para quedar en igualdad de condiciones con su prometida, se celebró la boda en la catedral de Winchester, dando paso a nueve días de festejos.

Una relación despareja

Aunque Felipe nunca correspondió al afecto de su esposa, ella parecía ignorar los sentimientos de él. Quizá por eso nunca supo (o no quiso saber) que el rey se consolaba de tanto sacrificio en brazos de una de sus doncellas. También se decía que Felipe habría tenido una relación con la hermanastra de María, Isabel, con quien compartían la misma edad y belleza. El matrimonio vivió en paz entre abril de 1554 y agosto de 1555. En este período, los monarcas, aparte de los problemas políticos y religiosos, la falta de un heredero, era lo que más les quitaba el sueño, ya que no pudieron tener descendencia, no porque ella no lo deseara, ya que en más de una ocasión llegó a pensar que estaba embarazada, a tal punto de anunciar el nacimiento del nuevo heredero para abril de 1555, lo que solo fue una falsa alarma. Mucho se ha especulado sobre el abultado vientre de la reina, si fue por una hidropesía localizada, embarazo psicológico o un tumor enorme en los ovarios que finalmente habría acabado con su vida. No faltaron los fanáticos católicos que atribuyeron esto a un castigo divino por no ser más dura con los protestantes.

María pasa a ser "Bloody Mary"

Con el regreso del catolicismo llegaron las persecuciones a todo aquel que no aceptara la nueva fe. Así fue que terminaron en la hoguera 273 personas, lo que hizo que le valiera el mote de "Bloody Mary" por parte de los protestantes.

Felipe decidió desmarcarse de toda esta situación y para ganarse el favor de los protestantes y poder gobernar en caso de que María falleciera, intercedió en favor de ellos pidiendo clemencia ante la iglesia católica y además le pidió a su esposa que liberase a su hermanastra Isabel que se hallaba prisionera en la Torre de Londres.



El final de una relación no correspondida

Pero llegó el 29 de agosto de 1555, fecha en que Felipe fue convocado para asistir a la abdicación de su padre Carlos V. Esto suponía separarse de la reina, de quien se despidió en Greenwich. Seis días después embarcaba en Dover camino a Calais.
La partida de Felipe sumió a la reina en un estado de tristeza y melancolía, que deterioraron aun más su salud.
María le escribía constantemente a su marido instándole a que volviera, a lo que Felipe respondía que la guerra lo retenía en Flandes.
Solo volvió cuando necesitó de la ayuda militar y económica de parte de la reina, en marzo de 1556. Se cuenta que María lo esperaba muy emocionada en el muelle de Greenwich y cuando Felipe llegó, ella se arrojó a sus brazos, durante el viaje de regreso la reina no soltó la mano de su esposo ni un momento.
Pero Felipe no venía para verla, solo necesitaba de su ayuda contra Francia, que luego de recibirla, Felipe partió en las primeras semanas de junio. La reina lo despidió en Dover, muy triste y llorando, haciéndole prometer que volvería (cosa que nunca ocurrió). María se quedó desconsolada, pendiente de un nuevo embarazo imaginario, cada vez más enferma y triste, no dejaba de enviar cartas a su esposo, quien las respondía en forma fría y protocolar.

La Muerte de María Tudor

La pérdida de Calais, último bastión inglés en Francia, en 1558, empeoró la ya alicaída salud de la reina, quien entró en una depresión que agravó más su enfermedad.
En su lecho de muerte, la reina seguía pronunciando el nombre de su esposo y contemplando su retrato entre lágrimas y suspiros. Constantemente releía y abrazaba en vano, las pocas cartas que Felipe le enviaba, cargadas de frases ceremoniales y vacías. Los mensajeros en un intento de consolarla, le mentían, transmitiéndole encendidos mensajes que su esposo nunca había pronunciado.
María Tudor murió el 17 de noviembre de 1558 y Felipe, sabiendo que su aventura en Inglaterra había llegado a su fin, solo mandó un embajador para garantizar el ascenso de Isabel.


Recomendaciones

Te interesó el artículo: Pincha aquí


¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!


La Leyenda de Ulises y el canto de las Sirenas

 Homero nos cuenta en el libro XII de la Odisea la más fascinante historia referente a las sirenas, cuyo protagonista Ulises le narra a Nausicaa como hizo él para evitar ser arrastrado por el canto de las sirenas gracias a los consejos de la hechicera Circe antes de partir de la isla de Eea: 



"Llegarás primero ante las sirenas: todos los hombres desean que la casualidad les lleve hasta ellas

Si un hombre se acerca ingenuo hacia su canto, nunca más podrá volver a ver a su mujer y sus hijos ni celebrar el retorno a su casa, ya que la límpida voz de las sirenas lo hechizan, sentadas en un prado florido, pero en torno a ellas no hay más que un montón de huesos. Pasa de largo".

Así aconsejaba la hermosa hechicera a nuestro héroe Ulises como evitar la trampa letal: Éste deberá tapar los oídos de sus hombres con cera, pero podrá satisfacer su curiosidad y oír el hermoso canto hechizador, haciéndose atar al palo mayor de la nave y ordenando a sus compañeros que no lo liberen bajo ningún precio.

Ulises da las instrucciones a su tripulación y parte siempre recordando los consejos de Circe. Cerca de la isla de las sirenas, el viento se calla repentinamente. Todo está listo, Ulises está bien amarrado al poste mayor de la nave y sus compañeros con los oídos tapados, comenzaran a remar para superar la bonanza.


Las sirenas, que han oído de lejos el batir de los remos, se lanzan en su fascinante reclamo.

Seducido por el canto, Ulises implora que lo liberen, pero sus hombres siguen remando, incluso aprietan más sus amarras. Una vez sobrepasado el peligro, Ulises, vuelto en si, es liberado.

Según el mito, las sirenas, al ver que no habían logrado su cometido, furiosas se lanzaron al mar y perecieron.


¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!

 

 


Adriano y Antinoo: La historia de amor entre un emperador y su esclavo

 Adriano el emperador viajero

 Adriano, quien habría nacido en Itálica, dentro la Hispania Romana, al que desde niño se le apodó "el pequeño griego" por su admiración por el mundo heleno, estuvo al frente del imperio entre los años 117 y 138 d.C.
Su reinado el Imperio vivió tiempos de paz y prosperidad, estimuló las artes, reformó las leyes, afirmó la disciplina militar y visitó todas las provincias en persona.


Adriano conoce a Antinoo

Fue en uno de estos viajes cuando conoce a un joven esclavo bitinio, no se sabe bien en cual de los viajes a la región de Bitinia, Asia Menor, (hoy Turquía), fue que conoció al joven efebo de quien se decía contaba con una gran belleza, ya que Adriano viajó en varias ocasiones a dicha región. Por otro lado Páncrates de Alejandría se encargó de poetizar el encuentro entre el emperador y el bello efebo, quien lo traslada al desierto de Libia,  cierta vez que un león estaba presto a atacar a Antinoo, el animal es lanceado por el emperador, salvando así la vida del joven y en el lugar donde cayó la sangre de la fiera vencida, brotó el antinóeios, una hermosa flor de loto roja.
El tema es que desde que Adriano conoció al joven Antinoo, fueron inseparables, el esclavo efebo lo acompañaría en todos sus viajes.
Su debilidad por la cultura griega, no pasaba desapercibida en la Roma de aquellos tiempos, por eso el perfil que se habían formado de él los romanos incluía la pederastia al estilo ateniense, donde las relaciones entre un erastés, o tutor, y su erómenos, joven alumno, comprendía todos los aspectos de la vida desde la educación militar hasta la vida sexual del más joven.



La prematura muerte de Antinoo

Fue en uno de estos viajes que sucedió la tragedia, cierto día que viajaban por el caudaloso río Nilo, en una de sus visitas a Egipto, el emperador vio con sus aterrados ojos, como su favorito, el bello Antinoo se sumergía en las aguas del río para nunca más salir. La muerte del joven efebo causó gran pesar en el emperador, quien lloró a lagrima viva la muerte de su compañero. 

De esclavo a Dios

Si bien no se sabe el motivo por el cual Antinoo murió ahogado, hay quienes dicen que se habría suicidado y otros que fue un autosacrificio que el bello efebo habría hecho para que el emperador tuviera un largo reinado, el tema es que el  dolor de Adriano, hizo que el nombre de Antinoo, desde el momento de su muerte, fuera imborrable a lo largo de los siglos, ya que hizo erigir monumentos y estatuas con su nombre, llegando a imponer un culto al joven esclavo como si fuera un dios. En el lugar donde se ahogó, fundó una ciudad a la que llamó Antinoópolis, a cuyos habitantes  concedió  numerosos privilegios. En toda la región oriental del imperio quedaron rastros de su culto, tal es así que en Egipto llegó a suplantar al dios Osiris, quien también había muerto en el Nilo, a nivel iconográfico.



Muerte de Adriano

Adriano falleció ocho años después, el 10 de julio de 138, a causa de una insuficiencia cardiaca. El carácter de Adriano, y su salud , nunca se recuperaron a la muerte de Antinoo. Cuando murió, el Senado estuvo a punto de someterlo a una damnatio memoriae, un juicio formal destinado a borrar todo rastro de su existencia, pero su sucesor, Antonino Pío, lo impidió de manera extrema.


¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!





Genghis Khan: El azote de Dios

 Hace más de 800 años un oscuro pastor de Mongolia conquistó casi toda la tierra hasta entonces conocida, desde el valle del Indo a la China, incluyendo gran parte de Europa oriental y del mundo musulmán. Se lo llamó azote de Dios, el perfecto guerrero, el señor de tronos y coronas. Su nombre era Genghis Khan, que significa el poder de Dios sobre la tierra.

Una generación después de su muerte, jinetes mongoles comandados por nietos del conquistador ocuparon Bohemia, Polonia, Hungría y derrotaron a los teutones en su propio suelo. Muchos los consideraban soldados del Anticristo y el papa Inocencio III reunió al Concilio de Lyon para detenerlos.



Temujín se transforma en Genghis Khan

Genghis Khan nació en el desierto de Gobi, Asia central, en 1162. Su padre Yesukai, khan de un amplio señorío, lo bautizó Temujin que significa "el acero más fino".  

Desde chico fue un excelente jinete, (nada raro entre su pueblo ya que los niños aún hoy aprenden a montar antes que a caminar), poderoso luchador y certero arquero. Tenía 13 años cuando su padre fue asesinado. A los 16 se casó con Burtai, de 13, con quien tuvo tres hijos. Poco a poco Temujin fue asimilando los clanes vecinos, hasta formar un poderoso ejército con el cual dominó todo el desierto de Gobi hasta el lago Baikal.

En 1206 Genghis Khan promulgó el Yassa, código que instituía la unión de los clanes, su sumisión al soberano y castigaba con la muerte el robo y el adulterio. El Yassa proclamaba que "todos los hombres creerán en un Dios, único donador de la vida y la muerte y cuyo poder sobre todas las cosas es infinito".

El ejército mongol y las conquistad de Genghis Khan

Su ejército estaba estructurado en unidades de 10, 100, 1000 y 10000 hombres, cosa que no era ninguna novedad en la época, su organización se basaba en la recia disciplina de sus soldados y en la elección de sus oficiales, a quienes se los elegía por su mérito y no por su pertenencia a la aristocracia mongola.


Con la expansión de su imperio, el Khan llegó a la Gran Muralla. Del otro lado estaba Catay, la milenaria China. En 1211 cruzó la muralla y en dos años dominó el Celeste Imperio.

Vuelto al desierto de Gobi, se instaló en Karakorum, donde levantó la capital de su imperio. Allí construyó un barrio para embajadores, templos budistas, mezquitas y pequeñas iglesias cristianas. Se garantizaba la libertad de cultos mientras de aceptasen los preceptos de la Yassa.

Luego de consolidarse en toda Asia central, avanzó sobre los turcos de Kara-Kitai y sobre el Tibet. En 1219 alcanzó la barrera montañosa de Kaf, más allá estaba el Islám.

Genghis envió a sus mercaderes rumbo al Oeste y un saludo a Mohammed, sha de Keresmina, cuyos dominios se extendían desde la India a Bagdad. Pero éstos fueron apresados y ejecutados.

"Has escogido la guerra", le advirtió Genghis al shah, quien armó un ejército de cuatrocientos mil hombres y salió al encuentro de los mongoles quienes, usando una táctica de guerra relámpago, arrollaron a las fuerzas del shah Mohammed, donde murieron ciento sesenta mil musulmanes en pocos días.

Una a una fueron cayendo las ciudades del Islam: Samarcanda, Merv, Bujara y Bamiyan. El último combate fue en el valle del Indo, donde Genghis derrotó a Jelal-ed-Din, hijo de Mohammed.

Luego los jinetes mongoles cruzaron el Cáucaso y llegaron a las tierras de los príncipes eslavos. Frente a Kiev ochenta mil soldados rusos fueron aniquilados.

Dueño del mayor imperio jamás conocido, Genghis volvió a Karakorum donde vivió hasta su muerte, en 1227. Lo sucedió Ogotai, el menor de sus hijos. En 1235 éste lanzó una segunda invasión sobre el Adriático y Europa Central, sin que nadie pudiera frenarlo.

En décadas posteriores los nietos de Genghis, Mngu y Kubilai, invadieron la Mesopotamia, tomaron Bagdad, Damasco, Antioquía y llegaron a la vista de Jerusalén. Kubilai, que reinó hasta 1294, extendió las fronteras de su imperio hasta Malasia.


¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!


Fuente: Revista Nueva.

Los genocidios más grandes del siglo XX

 Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1948 nació la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Genocidio, término éste previamente acuñado por el abogado polaco Raphael Lemkin, que se define como crimen internacional clasificado en el grupo de crímenes de lesa humanidad y cometido por un gobierno con la intención de exterminar sistemáticamente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso; ya sea asesinando a los miembros del grupo, o atacando su integridad física o mental, o exponiendo al grupo a condiciones de vida que conducen a su destrucción.


Hoy, recopilamos algunos de los casos de genocidio más aterradores y notorios que tuvieron lugar en todo el mundo durante el siglo XX. Las imágenes pueden ser duras, pero son necesarias  crear conciencia y para que tales prácticas sean cosa del pasado.

Genocidios en Europa

Holodomor

En la Unión Soviética, durante el gobierno de Stalin, los campesinos fueron los que tuvieron que pagar el precio por la política de industrialización implantada por el dictador. Así, la colectivización forzosa derivó en una de las más pavorosas tragedias del siglo.
El grano era necesario para pagar la importación de maquinarias. Debido a las pobres cosechas de 1927, los campesinos se negaron a recibir el vil precio que imponía el gobierno, así que Stalin envió militantes armados para secuestrar las cosechas y comenzaron las atrocidades.
Al año siguiente los Kulaks, o campesinos independientes sembraron menos y hubo hambrunas, y en el mes de diciembre comenzó la violencia en gran escala. Stalin había decidido aplastar a los kulaks y les declaró la guerra.
Según el estudioso Leszek Kolakowski fue "la operación bélica más masiva ejecutada nunca por un Estado contra sus propios ciudadanos". Según palabras de Winston Churchill, Stalin le habría comentado en una reunión en Moscú, que se había despachado a diez millones de campesinos, Otros diez millones fueron deportados a Siberia o recluidos en campos de Asia Central. Los sobrevivientes volvieron a quedar atados a la tierra como en la época feudal: despojados de sus propiedades y llevados a las mega-granjas denominadas "fábricas de granos".
La población de los campos de concentración, desde 1930 hasta la muerte de Stalin en 1953 no bajó nunca de los diez millones. Minería, forestación, agricultura e infraestructura del transporte crecieron con mano de obra esclava. Éste que fue unos de los más grandes genocidios del siglo XX, se mantuvo en secreto hasta comienzos de los años 80 y se llamó Holodomor, que en ucraniano significa literalmente "matar de hambre".

El Gran Terror o las Purgas de Stalin

Liquidada parte del campesinado, la matanza continuó. En 1934 se recluyó en campos de trabajos forzados a cuarenta mil habitantes de Leningrado (hoy San Petersburgo). Luego comenzaron las purgas: cinco mil miembros del partido oficial fueron asesinados: Entre 1936 y 1938, Stalin mandó a ejecutar a treinta mil militares de alta graduación. En total murieron un millón de disidentes.
En los campos de detención, la cosa no fue mejor: el historiador ruso Roy Medvedev calcula que entre 1936 y 1939 murieron allí 4,5 millones de personas, quinientas mil de ellas fusiladas sin juicio alguno. Según sobrevivientes, bastaba un mes de régimen para convertir a una persona saludable en una ruina.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las purgas continuaron: desde 1946, contra intelectuales y científicos, y desde 1948 contra los judíos. Así murió otro medio millón de personas.

El Holocausto judío

El horror de la "solución final al problema judío", fue un genocidio que avergüenza a la humanidad entera y no debe caer en el olvido.
Heirich Himmler fue el encargado de poner en marcha la matanza y la esclavización de toda la población no aria proyectados por Adilf Hitler.
Los nazis establecieron unos 67 campos de concentración de gran tamaño, de los cuales ocho eran de exterminio y dos mil más anexados a ellos, tanto en Alemania como en los territorios ocupados durante al Segunda Guerra Mundial, campos como Dachau y Auschwitz son tristemente famosos por la gran cantidad de personas que murieron en ellos.
En total, dieciocho millones de seres humanos de toda Europa fueron recluidos en esos lugares. Once millones (incluyendo dos millones de niños) murieron en ellos entre las víctimas figuraron casi seis millones de judíos y doscientos cincuenta mil gitanos, además de checos, rusos, belgas, noruegos, ingleses, norteamericanos y alemanes.

Samudaripen o Porraimos

Estos son los nombres con los que se conoce a la persecución y exterminio que llevaron a cabo los nazis contra personas de etnia gitana o romaní en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. El proceso fue similar a otros casos del Holocausto: discriminación en la propia sociedad, pérdida de derechos, encarcelamiento en guetos, deportación a campos de concentración y trabajos forzados, esterilización y exterminio. La principal diferencia entre el caso Porraimos y otros casos del Holocausto es que la persecución de los gitanos ha sido ignorada y silenciada, en gran parte debido al desprecio que gran parte de Europa tiene hacia los romaníes desde hace  siglos.

La Masacre de Srebrenica

Más recientemente, la masacre de Srebrenica, declarada genocidio por la Corte Internacional de Justicia en La Haya, tuvo lugar en julio de 1995 en medio de una serie de conflictos en los Balcanes desde la disolución de la Unión Soviética y la desaparición de Yugoslavia. La ciudad, en la que se había establecido un campo de refugiados predominantemente bosnio-musulmanes, fue declarada "zona segura" por la ONU en 1993, pero esto no impidió que un gran contingente de paramilitares serbios bajo el mando de Ratko Mladić rodeara el campo. entra en él y destruirás a 8000 personas sin distinguir entre hombres, mujeres o niños.

Genocidios en Asia

El genocidio armenio

Entre los años 1915 y 1923 las autoridades del gobierno turco pusieron en marcha una operación destinada a "otomanizar" Turquía con el simple método de exterminar a toda la población cristiana, que en aquel entonces llegaban a un 20% de los habitantes del ya decadente Imperio Otomano. Decisión: se comenzaría por los armenios y luego seguirían con los demás grupos. Resultado: más de un millón y medio de armenios y medio millón de griegos asesinados y el grueso de los sobrevivientes expulsado de su territorio histórico.
Las matanzas de armenios no eran cosa nueva, pero el 24 de abril de 1915 comenzó la masacre al por mayor. Las tropas turcas rodearon los poblados armenios: los hombres fueron asesinados; los adolescentes de mejor apariencia se destinaron a los harenes o a los propios soldados; el resto comenzó el camino a ninguna parte. Miles de ancianos, mujeres y niños fueron arreados hacia el desierto, donde se los dejaba morir de hambre, a merced de bandas de beduinos y kurdos. En la ruta, los gendarmes responsables de los contingentes podían hacer con los prisioneros lo que quisieran. Se podía seguir el rastro de las caravanas por los cadáveres que quedaban.
Turquía negó la matanza. Sin embargo se filtraron algunas instrucciones dadas por Talaat Pashá, entonces ministro del interior: "No hay necesidad de un orfanato, decía una de ellas fechada el 21 de septiembre de 1915. No hay tiempo de dar paso a los sentimientos y alimentar a los huérfanos, prolongando su vida. Envíenlos al desierto e infórmennos al respecto. Talaat".


La Revolución cultural en China

El 16 de mayo de 1966, el Partido Comunista de China anunció el inicio de un proceso con profundos y dolorosos efectos en la vida política, social y económica del país: la "Gran Revolución Cultural Proletaria", conocida simplemente como la Revolución Cultural.

Su objetivo declarado era purificar la sociedad china de la influencia capitalista y el pensamiento burgués. Y esto ha resultado en limpieza política, exilios, ejecuciones y trabajos forzados para millones de personas enviadas a granjas especiales para "reeducación".
Con el pretexto de acabar con los elementos burgueses y subversivos ocultos en la sociedad china , el régimen chino y su "Gran Timonel" abrieron las puertas a una década de persecución, adoctrinamiento y asesinato, hecho que implicó la muerte de entre uno y veinte millones de personas.
La Revolución Cultural, en la que la juventud fue la principal protagonista, también permitió al líder comunista Mao Zedong liberarse de sus enemigos e instigar un culto en torno a su personalidad que sobrevive hasta nuestros días, aunque el juicio terminó con su muerte hace una década.

Camboya y el Khmer Rojo

Ubicada en la península de Indochina, Camboya (antigua colonia francesa) logró su independencia en 1953, pero tuvo que enfrentar la guerrilla comunista del Khmer Rojo. En 1970 el príncipe Norodorm Sihanuk, que desde 1960 gobernaba el país en el marco de una monarquía constitucional, fue derrocado por un golpe militar. La lucha contra la guerrilla, que causó centenares de miles de muertos, prosiguió hasta abril de 1975, cuando los comunistas liderados por Pol Pot tomaron la capital, Phnom Penh. El Khmer Rojo estaba decidido a transformar Camboya en un estado agrícola. Para ello vació las ciudades a punta de fusil y envió a sus habitantes al campo. Esta medida formaba parte de un proceso cuyo objetivo era "desintegrar, mediante el terror y apelando a otros métodos, las estructuras tradicionales que han orientado la vida del individuo para después reconstruirlas de acuerdo con las doctrinas del partido". En los siguientes meses este régimen aniquiló entre un millón y tres millones de personas y dio piedra libre a las peores crueldades imaginables. Entre los grupos masacrados sistemáticamente figuraron oficiales del ejército, mendigos, prostitutas, docentes, estudiantes y enfermos incurables. Otro medio millón buscó refugio en Tailandia.


Genocidios en África

Con el derrumbe del mundo colonial europeo, las nuevas naciones africanas heredaron territorios arbitrariamente divididos entre las seis potencias que se repartieron el continente en 1885, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica, España y Portugal. Las sucesivas independencias, celebradas como el logro hacia una humanidad más igualitaria, también acarrearon sanguinarias guerras fratricidas.

Namibia: el genocidio Herero y Namaqua

Perpetrado a principios del siglo pasado, entre 1904 y 1907, en el suroeste de África, en lo que hoy es Namibia, que en ese entonces pertenecía a Alemania, es considerado el primer genocidio del siglo XX. El conflicto comenzó cuando Herero y Namaqua se rebelaron contra los colonos alemanes y estalló la guerra. entre el poder europeo y la población local. Los alemanes, superiores en número y en armas, masacraron a los herero y a los namaqua dentro y fuera del campo de batalla; Obligaron a los prisioneros a realizar trabajos forzados y los dejaron hambrientos, envenenaron pozos y fuentes de agua y los persiguieron hasta el desierto, donde muchos murieron por deshidratación.
Se estima que murieron entre 25.000 y 60.000 Herero (50-70% de la población) y aproximadamente 10.000 Namaquas (50% de la población).




Nigeria/Biafra

Allí convivían etnias muy disímiles: los hausa y fulanis, musulmanes, vivían en el norte, yorubas en el sudoeste e ibos en el sudeste. Llegada la independencia en 1960, comenzaron las tensiones entre las distintas regiones y pugnas feroces por el control del gobierno. En mayo de 1966, tras un golpe de Estado, casi treinta mil ibos que residían en el norte del país fueron masacrados. Al año siguiente el general Ojukwu, de origen ibo, proclamó la independencia del este de Nigeria, con el nombre de Biafra. Como en la zona se había descubierto petróleo, Londres apoyó la secesión de Biafra, mientras que Estados Unidos, Francia e Italia enfrentaron los intereses británicos en la región. Pronto estalló una guerra que duró hasta 1970. En ella murieron más de un millón y medio de biafranos, lo que representaba un 90% de la población, muchos de ellos por hambre.

Sudán

Entre 1899 y 1950 este territorio se convirtió en condominio angloegipcio y zona de fricciones por las aspiraciones francesas de llegar al Océano Índico. La independencia llgó en 1955, pero encontró a la flamante república, sumida en una cruenta guerra civil que duró dieciséis años. Cuando se firmó la tregua, en marzo de 1972, de los seis millones de sudaneses meridionales, más de medio millón habían sido eliminados. Otros dos millones se vieron empujados al exilio o a vagar sin destino fijo por un país destrozado y en permanente tensión con el vecino Egipto.

Ruanda

El genocidio de Ruanda responde a un nuevo caso de depuración étnica. Tuvo lugar en 1994 y durante unos meses, (para ser más precisos 3) la población hutu diezmó al 75% de los tutsis del país. Estas dos etnias exhibieron muchas diferencias sociales, religiosas y tribales durante mucho tiempo cuando el país todavía estaba bajo el control de las potencias europeas y los tutsis pertenecían a una de sus minorías geográficas preferidas. La cifra estimada de muertos durante la masacre tutsi fue de alrededor de 800.000 personas, incluidos hutus moderados y opositores políticos, a los que hay que añadir violaciones, torturas y personas desplazadas.


¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!





Luis XVII de Francia: La triste muerte de un niño que nunca fue rey

 1789 no fue un buen año para la monarquía francesa, la angustiante situación económica del pueblo francés desembocó en la convocatoria de los Estados Generales para hacer frente a la crisis.

La Revolución Francesa cambió la vida del pequeño delfín

Luego, la creación de la Asamblea Constituyente, a la que la nobleza se oponía, significó el comienzo de la Revolución Francesa. Pero fue la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, lo que en verdad dio inicio al hecho que cambiaría el panorama político de Europa para siempre, la toma de la Bastilla significaba nada más ni nada menos que la caída del régimen absolutista en Francia.

En Versalles, Luis XVI y María Antonieta, poco más de un mes antes de los hechos antes mencionados, recibían la noticia que su hijo mayor, Luis José, delfín de la corona, había muerto de tuberculosis con tan solo 7 años.

Esto convertía al pequeño Luis Carlos, de apenas 4 años, en el heredero de la corona. En situaciones normales él se habría convertido en Luis XVII, pero una turba enloquecida desalojó el palacio, llevando a la familia real al Palacio de las Tullerías.

Pero los ánimos seguían caldeados y ya en 1792 la situación se había radicalizado, como muchos integrantes de la nobleza, el rey Luis XVI y su familia decidieron huir de Francia, pero fueron capturados en Varennes y devueltos a París, pero esta vez en calidad de presos políticos, el rey y su familia fueron encerrados en el Temple, una torre medieval perteneciente a los templarios, que hacía mucho estaba en desuso, y fue reacondicionada para alojar a Luis XVI y su familia.

Primero el pequeño Luis vivió en en el segundo piso con su padre, aunque más tarde, cuando empezó el juicio contra el rey, el niño fue trasladado con su madre María Antonieta.

En 1793, su padre Luis XVI, fue condenado a muerte y murió en la guillotina, esto cambiaría el destino del pequeño Luis, que sería codiciado tanto por los monárquicos que lo reconocían como Luis XVII, el heredero del trono y los revolucionarios que lo tendrían encarcelado con máxima seguridad por miedo a que huyera y se volviera a restaurar el antiguo régimen.


Así que en junio del mismo año, Luis Carlos, fue apartado de su madre María Antonieta, quien antes de que se lo llevaran cortó un mechón de cabello de su hijo y lo guardó en una cajita. Las autoridades revolucionarias querían transformar al niño en un ciudadano republicano, para dicha tarea, designaron como su tutor a un zapatero de nombre Antoine Simon, éste su esposa y su pupilo, se instalaron en los aposentos del rey.

La documentación de la época testifica que en éste período, el niño tuvo un buen pasar, ropa limpia, comidas, baños, pero la educación estaba basada en lenguaje y canciones soeces.

El encierro máximo

Pero las condiciones de vida del pobre Luis Carlos cambiarían para peor, su madre María Antonieta, enjuiciada y condenada a muerte, también es guillotinada, mientras que por razones de presupuesto, al poco tiempo su tutor es zapatero Simon, debió dejar ésta tarea.

La comuna, decidió no ponerle otro tutor al niño, y en lugar de eso se intensificó la guardia, se le prohibió salir, y por mayor seguridad se taparon todas las ventanas, se colocó un tabique que impedía el paso a las otras plantas y el prisionero recibía su comida por un agujero en la puerta.

El niño de apenas 9 años, vivió durante seis meses en condiciones inhumanas, en medio de la inmundicia y sus excrementos.

Los guardias se limitaban solo a preguntarle desde afuera si aún estaba allí, y se conformaban con escuchar la voz del niño, para dar su informe de que todo procedía con normalidad.

Luego ya 1n 1794, con la caída y ejecución de Robespierre, las autoridades cambiaron y en el Temple también; Paul Barras, quien fuera comandante de las fuerzas del interior, ni bien asumió lo primero que hizo fue visitar al prisionero real, años después comentaría que se encontró con una habitación llena de basura y el niño que estaba recostado en una pequeña cama, presentaba las rodillas, como así también las manos y los tobillos muy hinchados. 

De inmediato pidió al Comité de Seguridad General que enviaran un médico para el cuidado del huérfano y su calamitoso estado, modificó las guardias y nombró al general Laurent como nuevo responsable, quien tendría un ayudante y cada día un guardia diferente acompañaría a los dos permanentes.

Aunque sus condiciones habían mejorado, el pobre Luis Carlos no podía salir al exterior y su persona no dejaba de ser una cargo para las autoridades revolucionarias, que llevaron el tema del reo a estudio para ver como podía seguir la situación del niño, ya que las presiones de los monárquicos del exterior, especialmente de España, pedían la liberación del prisionero real.


En 1795, luego de que una comisión especial se encargara del caso, se llegó a la conclusión de que todo quedara como estaba. El general Laurent terminó dejando el cargo y las autoridades del Temple volvieron a cambiar, pero ya a estas alturas, la salud del pequeño reo  estaba muy deteriorada.

El doctor Dasault, quien fuera el médico que vio con vida a Luis por última vez, dijo al entrar al cuarto del enfermo dijo: "me encuentro con un niño idiota, agonizante, víctima de la miseria más absoluta, del abandono más completo".

A pesar de todo no encontró ninguna enfermedad grave en el niño a quien le recetó una dieta especial de alimentos reconstituyentes, una habitación ventilada, ejercicio y salidas diarias.

La muerte de Luis XVII

Las autoridades asintieron en todo lo que pidió el médico, menos en las salidas, por cuestión de seguridad. Con la inesperada muerte de Dasault, asumió el cargo a los pocos días, el doctor Pelletan, pero ya era muy tarde, ante un repentino desmejoramiento, el pequeño delfín, moría en su cárcel el 8 de junio de 1795, ante Lasne y sus vigilantes de turno. El Comité de Seguridad General ordenó que se mantuviera la muerte de Luis en el más estricto secreto, Pelletan, junto a otros facultativos le hicieron la autopsia, y llegaron a la conclusión que el pequeño delfín había muerto a causa de la tuberculosis.

Después de firmar un acta, tanto médicos como guardias, corroboraban que el cuerpo pertenecía a Luis Carlos, o el "pequeño Capeto", como le llamaban ya que pertenecía a dicha familia, Luego sería enterrado en una fosa común en el cementerio de Sainte Margerite.

Así terminó sus días un pobre niño que el único pecado que había cometido era pertenecer a una familia real, justo en el momento de la Revolución que cambiaría los destinos no solo de Francia sino de toda Europa.

Lo que vendría después, deja en segundo plano la historia de Anastasia y los zares de Rusia.


¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!



Fuente: www.bbc.com

               La Vanguardia



El asesinato de los zares de Rusia: el triste final de los Romanov

 La destitución del zar Nicolás II

La decisión de Nicolás II en 1915 de ir al frente a dirigir en persona al ejército ruso en plena Primera Guerra Mundial y su catastrófica derrota, mientras la zarina Alejandra con el consejo de Rasputín se hacían cargo del gobierno interno del Imperio, terminaron por destruir definitivamente la mala imagen que ya tenían los zares para el pueblo ruso muy empobrecido.
Todo esto no fue más que el caldo de cultivo para que en 1917 se llevara a cabo la revolución bolchevique, que terminaría en noviembre con la abdicación del zar.
Los revolucionarios no se ponían de acuerdo en que debían hacer con la familia real, algunos los querían muertos, mientras que otros los querían exiliar y había quienes pedían un juicio para los innumerables crímenes adjudicados a los Romanov.
En un primer momento la familia real se alojó en el palacio Alexander, ubicado a unos 30 kilómetros de San Petersburgo, en Tsárkoye-Seló. Luego fueron enviados a Tobolsk, por razones de seguridad, ubicado al este de los Urales, en este lugar fueron muy bien tratados y donde los dejaron tener a 39 sirvientes y conservar muchas de sus pertenencias personales, como el album de fotos de la familia que tanto añoraban.
Pero éste no iba a ser su destino final, ya que las autoridades bolcheviques decidieron trasladarlos a Ekaterinburgo, en los Urales, el último lugar al que querrían ir los zares, y donde llegaría el final de sus días.

Nicolás II y la familia real

La casa Ipatiev, el destino final de los Romanov

Ekaterinburgo era la ciudad más radicalizada del país, y la familia Romanov sería alojada en la casa Ipatiev, llamada así por la familia que la habitaba antes. Ni bien llegaron se construyó una cerca lo suficientemente alta para que no se pudiera ver el exterior y las ventanas de las habitaciones de la familia real fueron pintadas de blanco por el mismo motivo, dentro de esta cerca el zar y su familia tenían un jardín donde podían hacer ejercicios.
Sus guardias eran gente común, trabajadores reclutados en las fábricas del lugar y su comandante, Avdeev, aunque corrupto, ya que les robaba lo que podía, no era una persona cruel, es más la familia real llegaron a hacerse amigos de sus guardias.
Pero esta situación duró poco, los bolcheviques cambiaron a Avdeev por  Yakov Yurovsky, quien sería más tarde el responsable de la muerte de la familia real, éste reclutó guardias más rígidos y adiestrados, aunque cesaron los hurtos, la relación entre ellos y los Romanov fue más fría y distante.

Yakov Yurovsky

El triste final de los Romanov

Hay testimonios de los últimos civiles que vieron con vida a la familia real, entre ellos cuatro mujeres que tenían la orden de limpiar la casa, y todas llegaron a la conclusión que tanto el zar como su familia, no eran los monstruos que pintaban en la propaganda bolchevique, más bien era gente normal y simples mortales.
La familia estaba encantada de poder disfrutar estas distracciones. Las hermanas se ofrecieron a limpiar los suelos aprovechando la oportunidad de poder hablar con las limpiadoras.
Pero en la noche del 16 de julio de 1918, tras enviar un telegrama a Lenin, informando la necesidad de terminar con la vida de la familia imperial, levantaron a los prisioneros que se hallaban durmiendo, mientras Yurovsky les comunicaba que bajaran al sótano por seguridad, ya que habían recrudecido los combates entre los bolcheviques y contrarrevolucionarios y amenazaban la ciudad.
Nicolás II bajó con el zarévich Alexei, seguido del resto de la familia y cuatro sirvientes que aún seguían con ellos. Ya en el sótano, se pusieron sillas para el Zar y su esposa, mientras los demás se acomodaban de pio detrás de ellos, en ese momento Yurovsky se les acerca, mientras los demás verdugos quedaron en la puerta y les comunica que por orden de la Dirección General del Soviet de la región, el antiguo zar Nicolás II debía ser fusilado por los atroces crímenes que se le atribuían, acto seguido comenzaron los disparos. según los testimonios el objetivo principal era el zar, quien murió a causa de varios disparos, mientras la zarina recibió un impacto en la cabeza que le causó la muerte al instante. La disciplina de los verdugos desapareció al momento que el humo de la pólvora se adueñaba del lugar, las grandes duquesas parecían ilesas ya que las balas rebotaban en sus corpiños, donde tenían escondidas las joyas, acto seguido comenzaron a apuñalar a toda la familia con las bayonetas de sus fusiles, todo este infierno de golpes, disparos y puñaladas duro casi 20 minutos, tras los cuales la familia real y sus sirvientes estaban muertos.
Y por si fuera poco, el proceso para deshacerse de los cuerpos fue aún más caótico, primero se los abandonó en el fondo de una mina llamada Gánina Yama, que los bolcheviques intentaron volar con granadas, cosa que no lograron ya que el pozo permaneció intacto, al ver esto rápidamente subieron los cuerpos a un camión y mientras los trasladaban a su nueva sepultura quedaron empantanados, en ese momento decidieron bajar a dos de los cuerpos, y enterrarlos en el bosque, hoy se cree que fueron los cadáveres de Alexei y María, los nueve cuerpos restantes se rociaron con ácido, se quemaron y fueron enterrados no muy lejos de allí.

Recomendaciones

Artículo relacionado que te podrían interesar: Pincha aquí

Quieres saber algo más de los últimos zares: Pincha aquí



¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!

Heliogábalo: Emperador de Roma y primer "trans" de la historia

Casi siempre, cuando nos preguntamos quienes fueron los peores emperadores romanos de la historia, enseguida se nos viene a la mente nombres como: Calígula, Nerón, Cómodo, pero nos olvidamos de uno que en realidad no es tan conocido, pero la Historia Augusta, (Compendio de las biografías de los césares desde 117 hasta el 284), cataloga a Heliogábalo como el peor Emperador de todos los tiempos.

Heliogábalo asciende al trono de Roma

Todo comienza con el asesinato de Caracalla, cuya muerte se le adjudica a Marco Opelio Macrino, aquí entra en escena Julia Mesa, tía del emperador muerto y abuela de Heliogábalo, quien comienza a urdir un plan para que las legiones se levantaran en contra de Macrino y así allanar el camino hacia el trono de Roma a su nieto.
Nacido en la ciudad de Emesa, provincia de Siria, Heliogábalo ejercía como sumo sacerdote del dios solar El-Gabal, hasta el 8 de junio del 218, cuando Macrino es asesinado en la batalla de Antioquía y así Heliogábalo es elegido como emperador, su reinado fue corto, duró solo 4 años, hasta el 222, pero así y todo daría mucho que hablar.
Pero con lo que no contaba su abuela, Julia Mesa, era que el muchacho de tan solo 14 años no iba a ser manejable como ella quería. Una de sus primeras medidas fue instaurar el culto al dios El-Gabal, cosa que no afectaría mucho al panteón de diosas romanos, si no fuera que lo antepuso al Dios supremo de Roma Júpiter. Todo esto provocó un gran malestar en Roma, que poco a poco se fue agrandando y extendiendo a todas las capas de la sociedad.

Las extravagancias del emperador

Como podemos ver su mandato ya había comenzado con el pie izquierdo, cosa que no le importó mucho al joven emperador, quien siguió haciendo caso omiso a las tradiciones y tabúes sexuales de los romanos.
Herodiano nos cuenta que Heliogábalo se casó en primeras nupcias con Julia Cornelia Paula, a la que nombró Augusta, pero más tarde la repudió, según sus dichos por tener algún defecto físico.
Pero las afrentas siguieron, tal es así que decidió contraer matrimonio con Julia Aquilia Severa, que no tendría nada de malo si no fuera que era una sacerdotisa de la diosa Vesta, quienes debían ser vírgenes hasta los 30 años, momento en que dejaban sus votos, este comportamiento fue un escandalo para la sociedad romana ya que la ley castigaba severamente a las mujeres que dejaban sus votos. La tercera esposa fue Annia Faustina, que era viuda de un hombre al que Heliogábalo había hecho ejecutar recientemente.
Pero al emperador también le gustaban los hombres, y mejor si eran fornidos, entre su lista de amantes masculinos destacan dos, el primero Hierocles, un esclavo griego quien era su auriga favorito, y Aurelio Zótico, atleta griego, famoso por su belleza y masculinidad.
El tema aquí no era tanto la bisexualidad del emperador, sino su inclinación a tomar una actitud pasiva en las relaciones con sus amantes masculinos, actitud que Heliogábalo hacía pública.
Pero el emperador no se conformaba con esto y decidió casarse con sus dos amantes, tomando el papel de esposa en la relación, a la ceremonia no asistieron ni los senadores ni la guardia pretoriana, que ya estaba mostrando signos de arrepentimiento de haberlo elegido como emperador.
Pero los celos no tardaron en surgir entre los dos maridos y aparentemente Hierocles terminó envenenando a Aurelio, aunque otras fuentes dicen que éste último fue expulsado de la corte por no lograr satisfacer sexualmente a su emperador y marido.

Emperador y Travesti

Cuenta Dion Casio, que a Heliogábalo le gustaba vestirse como mujer, ponerse pelucas y pintarse de vivos colores, pero esto no termina acá, ya que entre sus gustos, también estaba visitar tabernas y lupanares para prostituirse y llegó a constituir un burdel en las mismas estancias del palacio. Sus principales aliadas en sus correrías sexuales eran las prostitutas de Roma, con quienes intercambiaban experiencias y consejos de cuales eran las mejores poses para dar y recibir placer. También se dice que llegó a ofrecer grandes cantidades de dinero a los médicos que se animaran ha hacerle una operación para cambiarse de sexo, a lo que estaríamos en presencia del primer caso documentado de transexualidad.

Un final trágico para el emperador

Al final fue su misma abuela Julia Mesa, la que decidió poner fin a todo aquello que hacía su nieto, que no hacía más que desestabilizar las instituciones del Estado. Convenció a Heliogábalo de que nombrara como césar a Alejandro Severo, en lugar de su esclavo, a lo que el emperador asintió pero al ver que era el favorito de los pretorianos se retractó de la decisión. Ya cansados de todos los excesos, en el año 222, la Guardia Pretoriana se amotinó y asesinó al emperador junto con su madre, Julia Soemia Basiana, ambos murieron abrazados. Se dice que antes de ser arrojados sus cuerpos al Tiber como si se tratara de delincuentes, fueron decapitados y sus cuerpos desnudos fueron arrastrados por las calles de Roma.

Recomendaciones

Si te gustó nuestro artículo no puedes dejar de ver éste otro sobre Adriano y Antinoo

Sigue con nosotros y conoce sobre la vida del Emperador Augusto

También te podría interesar la vida de Messalina




¿Qué te pareció nuestro artículo? ¡Coméntanos!

Nos gusta mucho la historia y todo lo relacionado con ella, ¿Qué opinas de nuestro artículo?, si tienes alguna duda, deja tu comentario y en breve te responderemos, te invitamos a que compartas nuestro artículo en tus redes sociales, si es que te sirvió y te a informado.

¡Nos interesa tu opinión!