La destitución del zar Nicolás II
La decisión de Nicolás II en 1915 de ir al frente a dirigir en persona al ejército ruso en plena Primera Guerra Mundial y su catastrófica derrota, mientras la zarina Alejandra con el consejo de Rasputín se hacían cargo del gobierno interno del Imperio, terminaron por destruir definitivamente la mala imagen que ya tenían los zares para el pueblo ruso muy empobrecido.
Todo esto no fue más que el caldo de cultivo para que en 1917 se llevara a cabo la revolución bolchevique, que terminaría en noviembre con la abdicación del zar.
Los revolucionarios no se ponían de acuerdo en que debían hacer con la familia real, algunos los querían muertos, mientras que otros los querían exiliar y había quienes pedían un juicio para los innumerables crímenes adjudicados a los Romanov.
En un primer momento la familia real se alojó en el palacio Alexander, ubicado a unos 30 kilómetros de San Petersburgo, en Tsárkoye-Seló. Luego fueron enviados a Tobolsk, por razones de seguridad, ubicado al este de los Urales, en este lugar fueron muy bien tratados y donde los dejaron tener a 39 sirvientes y conservar muchas de sus pertenencias personales, como el album de fotos de la familia que tanto añoraban.
Pero éste no iba a ser su destino final, ya que las autoridades bolcheviques decidieron trasladarlos a Ekaterinburgo, en los Urales, el último lugar al que querrían ir los zares, y donde llegaría el final de sus días.
Ekaterinburgo era la ciudad más radicalizada del país, y la familia Romanov sería alojada en la casa Ipatiev, llamada así por la familia que la habitaba antes. Ni bien llegaron se construyó una cerca lo suficientemente alta para que no se pudiera ver el exterior y las ventanas de las habitaciones de la familia real fueron pintadas de blanco por el mismo motivo, dentro de esta cerca el zar y su familia tenían un jardín donde podían hacer ejercicios.
Sus guardias eran gente común, trabajadores reclutados en las fábricas del lugar y su comandante, Avdeev, aunque corrupto, ya que les robaba lo que podía, no era una persona cruel, es más la familia real llegaron a hacerse amigos de sus guardias.
Pero esta situación duró poco, los bolcheviques cambiaron a Avdeev por Yakov Yurovsky, quien sería más tarde el responsable de la muerte de la familia real, éste reclutó guardias más rígidos y adiestrados, aunque cesaron los hurtos, la relación entre ellos y los Romanov fue más fría y distante.
Hay testimonios de los últimos civiles que vieron con vida a la familia real, entre ellos cuatro mujeres que tenían la orden de limpiar la casa, y todas llegaron a la conclusión que tanto el zar como su familia, no eran los monstruos que pintaban en la propaganda bolchevique, más bien era gente normal y simples mortales.
La familia estaba encantada de poder disfrutar estas distracciones. Las hermanas se ofrecieron a limpiar los suelos aprovechando la oportunidad de poder hablar con las limpiadoras.
Pero en la noche del 16 de julio de 1918, tras enviar un telegrama a Lenin, informando la necesidad de terminar con la vida de la familia imperial, levantaron a los prisioneros que se hallaban durmiendo, mientras Yurovsky les comunicaba que bajaran al sótano por seguridad, ya que habían recrudecido los combates entre los bolcheviques y contrarrevolucionarios y amenazaban la ciudad.
Nicolás II bajó con el zarévich Alexei, seguido del resto de la familia y cuatro sirvientes que aún seguían con ellos. Ya en el sótano, se pusieron sillas para el Zar y su esposa, mientras los demás se acomodaban de pio detrás de ellos, en ese momento Yurovsky se les acerca, mientras los demás verdugos quedaron en la puerta y les comunica que por orden de la Dirección General del Soviet de la región, el antiguo zar Nicolás II debía ser fusilado por los atroces crímenes que se le atribuían, acto seguido comenzaron los disparos. según los testimonios el objetivo principal era el zar, quien murió a causa de varios disparos, mientras la zarina recibió un impacto en la cabeza que le causó la muerte al instante. La disciplina de los verdugos desapareció al momento que el humo de la pólvora se adueñaba del lugar, las grandes duquesas parecían ilesas ya que las balas rebotaban en sus corpiños, donde tenían escondidas las joyas, acto seguido comenzaron a apuñalar a toda la familia con las bayonetas de sus fusiles, todo este infierno de golpes, disparos y puñaladas duro casi 20 minutos, tras los cuales la familia real y sus sirvientes estaban muertos.
Y por si fuera poco, el proceso para deshacerse de los cuerpos fue aún más caótico, primero se los abandonó en el fondo de una mina llamada Gánina Yama, que los bolcheviques intentaron volar con granadas, cosa que no lograron ya que el pozo permaneció intacto, al ver esto rápidamente subieron los cuerpos a un camión y mientras los trasladaban a su nueva sepultura quedaron empantanados, en ese momento decidieron bajar a dos de los cuerpos, y enterrarlos en el bosque, hoy se cree que fueron los cadáveres de Alexei y María, los nueve cuerpos restantes se rociaron con ácido, se quemaron y fueron enterrados no muy lejos de allí.
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