Unos días después de la toma de la Bastilla, más concretamente el 22 de julio de 1789, comenzó a correrse la voz por las calles de París de un macabro hallazgo, se había encontrado en las celdas de dicho lugar el esqueleto de un prisionero cuyo nombre se ignoraba, pero que fue identificado como le Hombre de la Máscara de Hierro.
Voltaire ya lo sabía
Era el mismo personaje descrito por Voltaire; el filósofo y escritor había estado encarcelado en la Bastilla entre los años 1717 y 1726, allí había escuchado el relato de otros presos, sobre un hombre que ya había muerto y que durante años había tenido su cara oculta tras una máscara de hierro. Rigurosamente vigilado, los guardias tenían orden de matarlo si éste intentaba descubrirse. Para Voltaire, el enigmático prisionero no era otro que un hermano de Luis XIV, el Rey Sol, su hipótesis se basaba en que lo había encarcelado para usurpar el trono.
Marcel Pagnol y su investigación
El historiador Marcel Pagnol se preocupó por investigar el tema recopilando toda la documentación existente sobre el tema. Su primer conclusión es que no hubo tal máscara de hierro, sino que el famoso Hombre de la Mascara de Hierro, se cubría la cara con un antifaz de terciopelo negro, quien lo usó por 34 años.
Luis XIV el usurpador
Según la investigación de Pagnol, basada en la documentación encontrada, éstos serían los hechos ordenados cronológicamente.
En 1669 Michel Le Tellier, marqués de Louvois, ministro bastante influyente de Luis XIV, le escribe una carta al gobernador de la prisión de Sainte-Marguerie, Saint-Mars, encomendándole la custodia de un detenido muy importante con estas palabras: "Para el servicio de Su Majestad, es de gran importancia que el detenido sea guardado con la mayor seguridad y que no pueda comunicarse con nadie".
Nada es esto sino que se le advirtió que no lo escuchara jamás y que lo amenazara de muerte si osaba hablar de algo que no fueran sus necesidades básicas.
Louvois de refería al reo como un criado llamado Eustache Dauger. Sin embargo tenía más privilegios que los demás prisioneros, como era la ración de comida diaria.
Louvois muere en 1691 y siete años más tarde Saint-Mars es enviado a la Batilla, y con él su ilustre prisionero.
En 1703 un registro oficial indica la muerte del personaje: "El lunes 19 de noviembre, aquel prisionero desconocido, siempre enmascarado, con un antifaz de terciopelo negro, se indispuso al salir de misa y murió hoy, a las diez de la noche". Pocos días después lo enterraron con un nombre falso, M. de Marchialy.
Ya en 1711 la princesa Palatina, cuñada de Luis XIV, ya que era esposa del duque de Orleans, le escribió a su tía hablándole de un prisionero encarcelado en la Bastilla que había muerto enmascarado, quien siempre estaba custodiado por dos mosqueteros que tenían orden de matarlo si se quitaba la máscara. Siempre fue muy bien tratado, pero jamás se pudo saber quien era y porque estaba ahí.
La gran incógnita siempre fue ¿Quién fue este ilustre reo de tal importancia para Su Majestad, ha quien había que impedirle hablar? Pagnol desecha algunos célebres prisioneros, como el duque de Lauzun, un espía llamado Dubreuil y el conde Antonio de Matthioli acusado de traición, ya que ninguno murió el 19 de noviembre de 1703.
En eso Pagnol coincide con Voltaire: Eustache Dauger, no podía ser otro que el hermano de Luis XIV. La leyenda del Hombre de la Máscara de Hierro fue tema de muchas novelas del siglo XIX entre las que se destacan las de Alejandro Dumas, Maurice Rostand y Víctor Hugo.
Fuente: Revista Nueva.
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