SHLIEMANN, TROYA Y EL TESORO DE PRÍAMO QUE NO FUE

Donde hoy se encuentra la ciudad de Hissarlik, los troyanos de la Ilíada lucharon, con sus dorados yelmos, liderados por su héroe Héctor, contra los aqueos de Agamenón, liderados por Aquiles, ya ya sabemos como terminó todo.

El tesoro de Príamo, en la foto Sofía la mujer de Schliemann luciendo las joyas


Esta historia, de como Troya fue sitiada, vencida y conquistada, originó más de una leyenda. Los historiadores no están seguros de que la guerra contada por Homero haya existido en realidad. Pero el mito se encargó de hacerla cierta.

Exhibición del famoso tesoro de Príamo


En 1870, un comerciante alemán llamado Heinrich Schliemann, aficionado a la arqueología, vendió todas sus pertenencias y comenzó a cavar en Hissarlik en busca de las sagradas ruinas. Más de 20 años dedicó a esta tarea, pero sus esfuerzos no fueron inútiles.

Primero, halló restos de una urbe que no era la de Homero. Cuatro ciudades aparecieron sucesivamente bajo la pala del arqueólogo. Cuando exploraba las ruinas de la más antigua de ellas en 1873, tropezó con una fabulosa riqueza: era el tesoro de Príamo.

Retrato de Heirich Schliemann


Schliemann no dudó y le regaló las supuestas joyas de Helena a su joven esposa, Sofía que se hizo fotografiar con ellas. Ahora ese gesto se hubiese considerado un despojo, pero aquellos eran otros tiempos, donde aún no se había establecido la intangibilidad de la propiedad cultural de los pueblos.

La fortuna de los troyanos fue guardada por muchos años en Berlín, pero las guerras y las invasiones suelen ser una buena oportunidad para el pillaje, y en 1945, el oro de Príamo desapareció sin dejar huellas. Sólo quedaron las viejas fotos de la esposa de Schliemann cargada de diamantes.

Sofía luciendo las joyas



En 1994, en la galería reservada del Kremlin, en la antigua Unión Soviética, fueron hallados dos cofres con marcados con una gran equis en color blanco; esto no pareció raro ya que los comunistas habían depositado en las abarrotadas catacumbas numerosas obras de arte cuya existencia ni se sospechaba.. En esos cofres de metal estaba todo lo que Schliemann encontrara en la antigua Troya.

Ya se sabía, sin embargo, que lo que había descubierto el aventurero alemán no eran las ruinas de la ciudad cantada por Homero. Era una ciudad posterior, mucho más grande que aquella sitiada por los aqueos, y que fuera conquistada gracias al ingenio de Ulises.

El tesoro de Príamo una de las primeras fotografías tomadas 


El tesoro de Troya, entonces no era el tesoro de la mítica Troya. Sin embargo la leyenda pesó más que la historia, y cuando las joyas de Moscú fueron finalmente exhibidas en 1995, se las siguió llamando "el tesoro de Príamo", como el primer día en que las descubrió Schliemann.


FUENTE: Troya, las huellas del tesoro - Colección Conozca Más

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