Ciertas ciudades del mundo antiguo han adquirido la reputación de villas donde reinan los placeres. Las "delicias de Capua" han llegado a ser célebres por la permanencia de Anibal en el último cuarto del siglo III a.C.

Herculano, y sobre todo Pompeya, eran villas de veraneo para los romanos.
Sibaris gozó de la peor reputación, la de una ciudad de relajación y voluptuosidad. Reinaba sobre 25 ciudades. Allí vivía Smindiride, célebre por su lujo y finura: se presentó ante Sicione para pedir la mano de la hija del tirano de la ciudad, acompañado por mil cocineros y otros tantos cazadores y pescadores.

Después de pasar la noche sobre un lecho de pétalos de rosas, se quejó de haber dormido mal porque, según dijo, un pétalo se había doblado debajo de él.

Se dice que el vino llegaba directamente desde el campo mediante canales, y donde estaba prohibido el trabajo de herreros y carpinteros ya que destruían con sus ruidos la atmósfera dulce y reposada que caracterizaba al lugar.

El gusto por las diversiones, por la blandura, fueron la causa de la perdición de Sibaris. Sus habitantes habían enseñado a bailar a los caballos al son de una música.

Cuando la gente de Crotona se puso en pie de guerra contra ellos y marcharon sobre su ciudad, conducidos por el célebre atleta Nilo, sus músicos empezaron a tocar esta música en el instante en que hizo su aparición la caballería sibarita los caballos entonces se pusieron a bailar sin obedecer más las ordenes de sus jinetes que fueron masacrados antes de poder combatir.
FUENTE: Mundos desaparecidos - Desde los egipcios a los mayas - Editorial Sigmar
Anibal
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