Los romanos pudientes pasaban sus vacaciones en los pueblos de veraneo de la costa. Algunas de estas poblaciones como las conocidas Pompeya y Herculano desaparecieron por la erupción del volcán Vesubio.
En primavera, principios del verano y otoño, los tribunales y el Senado se cerraban. En esa época, los romanos de negocios como políticos y abogados gustaban pasar unas vacaciones lejos de Roma.
Ciudades como Tusculum, Preneste y Tibur, en las colinas que rodean a Roma, eran lugares frescos y saludables donde los romanos adinerados tenían sus casas de campo.
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Así solían ser las villas donde la gente pudiente pasaban sus días libres |
Más al norte, en las boscosas colinas de Toscana, se ofrecía buena caza de jabalíes y ciervos. Hacia el sur, estaba Campania, la región que rodeaba la bahía de Nápoles. Aquí, durante durante la República, los hombres de dinero construyeron villas costeras, auténticos palacios con escaleras que descendían hasta lo azul del mar Tirreno, muelles privados para la navegación y la pesca, y soleadas terrazas.
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La bahía de Nápoles era uno de los lugares favoritos para vacacionar |
Las ciudades de Campania, tales como Nápoles, Pompeya y Herculano, eran tan antiguas como la misma Roma. Fueron fundadas por colonizadores griegos en el siglo VIII a.C. En el rico suelo de Campania crecían excelentes cereales, frutas, verduras y vides.
Dominando la zona se eleva el volcán Vesubio, protagonista principal de la destrucción de las ciudades de Pompeya y Herculano el 24 de agosto del año 79 d.C.
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Imagen de la Villa Adriana |
Pompeya era una ciudad típica de la región de Campania, con sus tiendas y oficinas, y las casas construidas entre jardines con estatuas y fuentes. También había numerosas villas levantadas dentro de las murallas de la ciudad.
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Ilustración que representa una villa urbana |
La principal temporada de descanso a lo largo de la costa de la Campania tenía lugar al comenzar el verano. Los autores romanos hablan de expediciones de pesca y paseos en bote, y de los placeres de probar la rica variedad de los frutos del mar.
El poeta Marcial nos habla de una villa en la que se podía pescar desde la ventana del dormitorio, ¡y aun desde la cama!
FUENTE: Grandes Civilizaciones - Antigua Roma - Editorial Sigmar
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