Cuando estalló la revolución francesa, María Teresa acompañó
a sus padres a las distintas prisiones donde fueron enviados. Después de la muerte de su padre, el rey, en el año 1793, tuvo que presenciar
como guardias entraron en el apartamento de la familia real para llevarse por la
fuerza a su hermanito Luis Carlos de 8 años.
María Teresa se quedó junto a su madre, María Antonieta y su tía paterna, madame Isabel. Su madre fue ejecutada y María Teresa
se quedó sola con su tía, que también terminó siendo ejecutada en mayo del año
1794 fue así que con 15 años María Teresa se quedó completamente sola.
Para ese
momento la familia no tenía privacidad y las condiciones eran igual a las de
cualquier prisionero, se especula sobre los maltratos a los que pudo haber sido
expuesta como golpes o incluso violaciones, sin embargo todo lo que se sabe es
que cualquier solicitud que hiciera era negada, ella preguntaba constantemente por su familia, pero nunca le dijeron lo que había sucedido con su madre o con su tía.
Después de la ejecución
de Robespierre, en julio del año 1794, las condiciones del cautiverio de María Teresa mejoraron, quedando a cargo de una dama de compañía quien reportó que la
joven tenía problemas para comunicarse por falta de práctica.
La situación dio
un giro dramático, cuando estando en cautiverio en junio del año 1795, el
hermanito menor de María Teresa, Luis Carlos, murió en extrañas circunstancias. Sorprendentemente la opinión popular apoyó y exigió la liberación de María Teresa.
Con los meses ella fue usada
internacionalmente contra Francia, y al final el país, decidió que debía ser
liberada a cambio de prisioneros franceses que tenía Austria, que en ese momento estaba gobernada por Francisco II, primo de María Teresa, él finalmente
aceptó el acuerdo y en diciembre del año 1795 con 16 años María Teresa fue
sacada en secreto de la prisión.
En el año 1799 se casó con el hijo de su primo, Luis Antonio, duque de Angulema, la pareja no tuvo hijos y desde el momento de su
matrimonio María Teresa acompañó a su tío Luis XVIII, quien reclamó el trono
francés y la utilizó como una mártir de la Revolución Francesa.
Nunca se pudo
instalar la monarquía de forma absoluta y María Teresa pasó su vida posterior
en el exilio, a excepción de unos meses en el año 1815, en el momento en que la
monarquía volvería a establecerse en Francia, pero cuando Napoleón volvió, la
familia real tuvo que volver al exilio.
María Teresa volvió a Francia en el
año 1824 y fue reina por 20 minutos, tiempo que tardó su esposo en abdicar, la
monarquía no tenía futuro en Francia y María Teresa terminó nuevamente
exiliada en Gran Bretaña, Praga y Viena. Su marido falleció en el año 1844 y María Teresa murió de neumonía el 19 de octubre del año 1851 con 73 años.
Luis José Javier Francisco
En el año 1781 nació el segundo hijo de los reyes, Luis José Javier Francisco, quien como el heredero de su padre se convirtió en el delfín de Francia. Su nacimiento, muy esperado, fue ampliamente celebrado.
Desde muy pequeño, el delfín, pasaba mucho tiempo con su hermana María Teresa, a su vez, estaba siempre en compañía de sus padres. Luis XVI encargó al geógrafo Mansell un globo terraqueo transformable y se pensó en otros proyectos que pudieran ampliar el conocimiento del delfín. Sin embargo alrededor de abril del año 1784 el delfín sufrió una fiebre especialmente alta que alertó sobre su posible muerte fue trasladado de palacio buscando un ambiente más sano.
Nunca logró recuperarse por completo y en abril del año 1786 tuvo una recaída y su columna vertebral comenzó a padecer dolencias y deformaciones, para octubre de ese año ya tenía dificultades para moverse ya que su cuerpo presentaba ampollas.
Para solucionar el problema de la columna se utilizaron corséts de hierro que no hicieron más que empeorarlo. Luego de nuevas recaídas, finalmente falleció el 4 de junio del año 1789 a la edad de siete años.
Luis Carlos de Francia
El tercer hijo de los reyes fue Luís Carlos de Francia, nacido el 27 de marzo del año 1785, inicialmente recibió el título de duque de Normandía. pero a la muerte de su hermano mayor se le reconoció como delfín de francia y por lo tanto heredero de la corona.
Su nacimiento fue ampliamente celebrado por sus padres, ya que representaba una sucesión segura, sin embargo los rumores de la época sugirieron que él no era hijo de Luis XVI sino de Axel von Fersen, un caballero sueco que era un amigo cercano y según muchos el amante de la reina. No existe ninguna evidencia que asegure estos rumores y públicamente luis XVI nunca dudó de su paternidad.
Debido a que Luis Carlos era el segundo hijo de los reyes, no recibió una educación estricta, pero sí fue muy vigilada por sus padres. Se le describió como un niño con cierta madurez y gran sensibilidad a pesar de su corta edad. Se dice que siempre estaba rodeado de compañeros de juegos y empleados que cuidaban su salud y su comportamiento.
Sin embargo su vida cambió drásticamente con la llegada de la Revolución Francesa y en agosto del año 1792 fue llevado a la prisión de la Temple. Durante los primeros meses él y su padre tenían apartamentos separados al de su madre, se le permitió tener un ayudante y reunirse con las mujeres durante el día.
En diciembre se le permitió volver con su madre, mientras que su padre era enjuiciado. Luis XVI fue ejecutado el 21 de enero 1793 y en ese momento, para los monárquicos, se convirtió en el nuevo rey de Francia, con el título de Luis XVII.
Lo reconocieron algunos reinos extranjeros y también los franceses exiliados. De alguna forma al principio sus seguidores hicieron que él tuviera una situación más cómoda enviándole mejor comida y también pagando porque sus condiciones en prisión fueran mejores, sin embargo esto duró muy poco y cuando fue descubierto se decidió que era mejor tenerlo bajo control.
En julio del año 1793, Luis fue arrebatado de los brazos de su madre y puesto bajo la custodia del zapatero Antoine Simón y su esposa, ellos vivían en esa prisión y el objetivo era convertir al pequeño en un ciudadano común haciéndole olvidar su condición real.
El zapatero estaba más que comprometido con el movimiento revolucionario, por eso fue que el comité de seguridad pública le encomendó el cuidado y la educación del niño. Con el tiempo corrió el rumor de que bajo sus nuevos carceleros Luís Carlos era golpeado y torturado, esto es posible, sin embargo no hay evidencia que nos diga exactamente cuáles fueron los abusos a los que fue sometido.
La pareja fue descripta como personas toscas e incultas, lo que llevó a la creencia de que Simón, en ocasiones, hacía que el niño bebiera vino con la idea de darle fuerza y le enseñó palabras groseras para hacerlo un hombre. Durante ese periodo se dio el juicio de su madre María Antonieta y al niño se le obligó a firmar una declaración asegurando que su madre había tenido comportamientos sexuales con él. con esto buscaban hacer más larga la lista de cargos que ya tenía la reina. Es probable que lo escribiera bajo amenazas o bajo la influencia del alcohol.
En enero del año 1794 el zapatero y su esposa abandonaron la prisión y el zapatero sería guillotinado en julio por otros cargos contra el estado. Luís Carlos se queda en una habitación obscura sin higiene ni asistencia durante seis meses, hasta que el 28 de julio del año 1794 su estado de salud se deterioró fue carcomido por la sarna y especialmente la tuberculosis. Se dice que vivía en cunclillas, su comida se le servía a través de una abertura en la puerta y pocas personas le hablaban o lo visitaban.
Estas condiciones de vida provocaron un rápido deterioro de su estado de salud fisica y psicológica, pero a pesar de su grave estado el encargado de su encarcelamiento no informó de su estado de salud. Luis falleció en prisión el 8 de junio del año 1795 a los 10 años después de haber estado casi 3 años en cautiverio, se señaló que la causa de la muerte fue peritonitis aguda que se complicó con la tuberculosis, este diagnóstico fue confirmado por la autopsia que se realizó al cuerpo lo cual no evitó que durante las siguientes décadas creciera un mito que contó que el niño no murió en prisión sino que fue intercambiado por otra persona y logró escapar. Surgieron varios hombres años más tarde que aseguraron ser Luís Carlos, sin embargo un estudio de adn realizado en el año 2000 para el que se utilizó el corazón de luís carlos que se extrajo durante la autopsia y un trozo de cabello de la familia de María Antonieta, se confirmó que efectivamente él nunca salió de prisión y murió tal y como se había dicho.
Sofía Elena Beatriz de Francia
La cuarta y última hija de la pareja real fue Sofía Elena Beatriz de Francia, nacida el 9 de julio del año 1786. La noticia del embarazo de la reina fue una sorpresa porque según los rumores, el rey no visitaba con demasiada frecuencia la alcoba de la reina, y como ya tenían un segundo hijo que aseguraba la sucesión, ellos no parecían querer más descendencia.
Se sabe que Sofía fue el bebé más grande al que diera a luz la reina, pero se desconoce si tenía algún problema de salud; no lo parece porque no se reporta ninguna enfermedad, pero la princesa falleció el 19 de junio del año 1787 de forma totalmente inesperada lo que provocó que la reina quedara inconsolable por la pérdida de su pequeña Sofía. Cayó en una profunda depresión hasta el punto de escribir una carta a madame de Tourvel fechada en el año 1788 en donde decía que si no fuera por sus otros hijos ella preferiría estar muerta. La princesa fue enterrada el 20 de junio del año 1787 en la basílica de Saint Denis.
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