Para acceder al trono, María Tudor tuvo que enfrentarse a una joven de 16 años, Jane Grey, candidata de una facción de la corte inglesa. Su reinado de nueve días y su posterior ejecución a los 16 años suscitaron una leyenda de princesa inocente y desventurada que contrasta con la imagen de "María la Sangrienta", su rival victoriosa. Lo cierto es que, pese a su juventud, Jane poseía notables cualidades, entre ellas una refinada educación.

A través de su madre, Jane Grey era bisnieta de Enrique VII, y fue eso lo que la convirtió en juguete de la facción de la corte empeñada en consolidar el régimen protestante en Inglaterra e impedir el acceso al trono de la católica María. Uno de sus cabecillas, el duque de Northumberland, logró que Jane se casara con su hijo, Guilford Dudley, en mayo de 1553, Poco después Eduardo VI la reconocía como heredera en su testamento.

Eduardo VI murió el 6 de julio del mismo año. Tres días después Jane acudió a la casa de la familia de su marido. Se encontraban allí varios representantes de la alta nobleza, que la saludaron con entusiasmo y se arrodillaron en signo de reverencia. A continuación se le comunicó su acceso al trono. Jane, desbordada por la situación, musitó primero que no se sentía preparada, para finalmente aceptar, rogando a Dios que la ayudara.

El reinado de Jane Grey duró tan sólo 9 días. María Tudor, a la que los consejeros de Jane declararon excluída del trono por ser hija bastarda, reunió sus fuerzas en Suffolk y obtuvo el apoyo de la opinión legitimista. El 19 de julio hacía su entrada triunfal en la capital. Jane fue puesta inmediatamente bajo arresto en la Torre de Londres, aunque se la trató con miramientos y nadie creía que fuera a pagar su aventura con la vida.

La suerte de Jane Grey quedó sellada en enero de 1554. Thomas Wyatt organizó una sublevación contra María Tudor con el propósito de "restaurar" a Jane en el trono. La rebelión fracasó, y aunque la joven prisionera no tuvo nada que ver con ella, María Tudor y sus consejeros decidieron eliminar a su peligrosa rival. El 8 de febrero su capellán vino a anunciarle la ejecución y le ofreció convertirse al catolicismo, lo que ella rechazó.

Guilford Dudley fue llevado al cadalso en la mañana del 12 de febrero. Por la tarde le llegó el turno a su esposa. En atención a su condición real, María Tudor ordenó que la ejecución se realizara sin público, en la Torre Verde, situada en el complejo de la Torre de Londres. La acompañó su capellán, John Feckenham, que la guio cuando ya la habían vendado. Fue enterrada junto a su marido en la capilla de Sam Pedro, en la misma Torre.
Si te gustó el artículo, nos ayudaría mucho un comentario
También te podría interesar: Pincha acá
No hay comentarios.:
Publicar un comentario